Una navidad juntos y en casa

Por: Dionisio Pimiento (@dpimiento) para Cocina Semana

Hay tantas formas de vivir la navidad, pero en todas la comida se convierte en la mejor excusa para el encuentro, el amor, la nostalgia o las sonrisas. Y es que esta época es, junto por ejemplo con la cuaresma para los cristianos, uno de los mejores momentos para entender la comida como ritual profundamente simbólico o como hábito heredado y culturalmente estructurado.

Para esta navidad si bien se pueden comprar en tantas esquinas o por encargo los platillos tradicionales, he decidido desempolvar el recetario de mi abuela fallecida pues en ellos reposan tantas historias familiares e incluso sociales. Los recetarios mantienen los lazos vivos y buscan la sobrevivencia familiar, por lo que te invito a buscar entre gavetas los de tu familia y preparar tú mismo lo que comerás cada día de la novela de aguinaldos, o durante la Noche Buena o el 31 de diciembre.

Mi menú incluirá tamales de tres carnes, natillas recordando las tradicionales de los conventos europeos del pasado[1] y que llegarían a nosotros en la brutal “conquista” española, y que hoy prefiero por supuesto de harina de maíz, con panela, mucho coco, leche y canela.. Habrá por supuesto hojuelas muy crocantes, frutas en almíbar y “marranada” de barrio. Lo más importante de mi mesa serán los buñuelos recién salidos de la “paila” y que han sido amasados por los más pequeños del hogar. Con esta mezcla a la colombiana de harina de trigo, maíz y queso fresco molido, y que luego de amasada en bolitas se fríe hasta dorarla, homenajearé la primer receta conocida en el mundo Occidental a manos de Apicius en la Roma del siglo I [2], pero sobre todo recordaré a mi abuela.

¡Qué vivan las tradiciones culinarias sean cuáles sean, nuestras creencias religiosas! ¡Qué viva en este 2011 lo propio, lo que mejor cuenta lo que somos! ¡Feliz navidad! Cocinen y coman en familia y con la gente que aman: todo sabrá maravilloso.

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[1] Y de las que se derivarían postres tan emblemáticos como la crema catalana, el custard anglosajón, la crème anglaise, la crème anglaise collée y los derivados de la crema pastelera.

[2] Apicius sugería untar los buñuelos con miel y se espolvorearlos con semillas de amapola.