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miércoles, 22 de septiembre de 2010

BUENO, BONITO Y BARATO: Nino e Pastino

BUENO, BONITO Y BARATO
Nino e Pastino[1]

Por: Dionisio Pimiento

“Bueno, bonito y barato” aparece en Google más de 233.000 veces de manera exacta como la mejor manera de motivar una compra, invitar a un sitio o recoger el ideal de calidad. Y ésta fue justo la expresión que motivó mi visita a Nino e Pastino pues aún retumbaba en mi mente un e-mail en el que, en tono de ironía, me decían: “qué bueno que vas a lugares dónde todos podemos ir”. Para proteger la identidad de la autora, la llamaremos K. Guzmán.

Con la mente siempre puesta en K., me dirigí a Oviedo, nueva ubicación de Nino e Pastino. Qué lástima que Plaza Mayor no haya hecho una promoción suficiente para que fuese el lugar preferido de muchos durante la noche o el fin de semana, llevando a sus restaurantes a sobrevivir sólo con almuerzos de lunes a viernes. Únicamente las hamburguesas y las fabulosas papas fritas de Primos resisten allí desde la primera vez.

Ya instalado en el restaurante recordaba el par de hermanos creadores del sitio, y añoraba al predecesor Mezeler. Me preguntaba también por qué lo habían llamado Nino e Pastino. De manera literal su nombre traduce “niño y pasteles”. Tampoco entendí muy bien un letrero que anunciaba "las tardes con las recetas de la abuela que cocinamos aquí". Me preguntaba: ¿la abuela de quién? ¿La del niño de los pasteles? ¿Una abuela italo-paisa como la del chef Valenti? La mía no en todo caso. La de Nino e Pastino horneaba pan, bebía vino, hacia “colas de castor”, crostinis con bocconi y gelato. Mi abuela tomaba chocolate y hacía arepas que, cuando iban con “hogao”, eran como la versión criolla del crostini. Sus “colas” eran de tomate de árbol y su gelato era quesito con bocadillo.

Dejando de un lado los niños, las abuelas y los pasteles, me dejé llevar por la experiencia gastronómica del sitio. Observé las matas del ingreso, las mesas y sillas modulares, el tablero escrito con tiza escolar y los mostradores con la báscula, los encurtidos y antipastos que ojala pronto vendan. También aprecié los uniformes en cafés y rojos, así como la sencilla genialidad del balde en cada mesa con las servilletas, pitillos y cubiertos. Sí, se puede comer bien y con cierto encanto en un centro comercial más allá de los usuales pollos fritos, las hamburguesas a precios reducidos o el inagotable Creppes & Waffles.

Mi noche comenzó explorando la sopa pomodoro con tomate, albahaca y queso parmesano: ¿qué combinación hay más típicamente mediterránea y más ganadora? Luego vino la excelente tabla de panetería con tres tipos de panes artesanales con sus dips, de los cuáles sugiero incluir el de brevas con queso azul, y el de tomates asados.

Entre las pastas me deje seducir por algunas de sus salsas: la funghi del bosco (salsa cremosa con champiñones, vino blanco y tomillo), la gamberetti (con camarones, leche de coco y un poquito de curry rojo), la d´avola (un poquito picante con pomodoro, chorizo español, cebolla blanca, ajo y una pizca de ají) o la tradicional quattrocento (quesos azul, crema, mozzarella y parmesano). Aunque las salsas son muy buenas, la pasta en cambio es apenas correcta; sería ideal si ellos mismos la hiciesen.

¡Por piedad!, quiten aquello del refill de dispensador que me regresa al mundillo del centro comercial, pero dejen para siempre la aromática con frutos rojos y canela, así como la barra de gelatos y el postre ambrosía: una torta de chocolate y malvaviscos con helado praliné de jengibre. También defenderé hasta el final la tradicional panna cotta a base de crema que en este caso va con salsa de frutos rojos.

Esta visita me hizo pensar en espacios que ofrecen una excelente relación entre precio y calidad como Casablanca, J&C Delicias, Il Forno, y los ya mencionados Primos, Creppes & Waffles y claro, Nino e Pastino, aunque faltan propuestas como Wok. En síntesis estimada K., claro que es posible comer “bueno, bonito y barato”, pero soy consciente que nuestro devaluado salario mínimo no siempre lo permite.


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[1] Centro Comercial Oviedo. Medellín-Colombia